Por méritos propios de la población, Las Rozas fue nombrada Capital Europea del Deporte 2016 y son muchos los deportistas que llenan casi diariamente las vías, parques y polideportivos para practicar alguna disciplina.
Hay una frase muy reconocida “la nutrición es la base del buen rendimiento en el ejercicio físico”, sin embargo son muchas las dificultades y discusiones en relación a la nutrición deportiva y sobre todo por la diversidad del colectivo, el desconocimiento y la existencia de falsos mitos que han ocasionado divergencias.
Uno de los errores fue considerar que es necesaria una baja ingestión de alimentos para bajar peso o un consumo excesivo de alimentos para tener más energía. Las necesidades calóricas son diferentes para cada individuo y cada disciplina. No es lo mismo la necesidad calórica de un mediofondista o un triatleta, que la necesidad calórica de una gimnasta deportiva, y las contribuciones del ejercicio físico al consumo energético puede depender de la intensidad, duración del ejercicio, edad, sexo, peso, temperatura o entrenamiento.
Por otra parte, el ejercicio físico en No-profesionales que practican deporte con moderada intensidad consumiendo poca energía, deben conocer que dicho ejercicio también aumenta el apetito. Por tanto a veces nos confundimos al relacionar” hacer deporte = rebaja de peso”,si realmente no lo acompañamos con una ingesta nutricional equilibrada y adecuada.
Otro falso mito de muchos años viene siendo el dictado que los deportistas deben tener un aporte elevado de proteínas. En realidad normalmente consumimos más proteínas de las necesarias, y por tanto sin variar la cantidad, se podría cubrir los requerimientos deportivos. Además un consumo excesivo de proteínas provoca una mayor producción de urea, creando una osmolidad excesiva incrementando las necesidades de agua para excretar esos metabolitos de urea.
También es un error atribuir la fatiga de modo único a la falta de sustratos energéticos para el músculo, pues realmente éstos pueden usar ácidos grasos. La fatiga normalmente es causa por la falta de glucosa al cerebro produciendo falta de coordinación, malestar general, falta de concentración, agotamiento e incluso colapso en algunos casos.
Por otra parte las vitaminas y minerales sin duda pueden resultar un componente complementario. Existen deportes como el ciclismo donde se produce una ingesta elevada de carbohidratos refinados (pasta y azucares), por ello hay que cuidar las ingestas de vitaminas implicadas en el metabolismo energético como la B1 y B2, en forma de suplementos. También el complemento mineral como el Sodio se pierden con el sudor, el Yodo implicado en el metabolismo basal, el Hierro como elemento clave en la masa eritrocitaria y consiguientemente en el transporte del oxígeno.
Por tanto, no puede hablarse del deporte sin una nutrición equilibrada y adaptada a nuestra disciplina deportiva.
Y con todo ello, recordamos una máxima todavía vigente de Roma: “mens sana in corpore sano,semita certe tranquillae per virtutem patet unica vitae “ (mente sana en un cuerpo sano, y con la certeza que la virtud es la única senda para una vida tranquila).