A lo largo de nuestra  dilatada  andadura,  no es extraño que  surjan ocasiones o periodos que nuestras responsabilidades, situación laboral , deberes  económicos,  lógicas preocupaciones familiares,  en fin circunstancias no previstas de nuestro  entorno social, o el propio acelerado ritmo de vida que nos dictamina nuestro modo de vivir occidental  nos puede llegar a  provocar alguna  situación de estrés.
 Estas situaciones se han agudizado tras este periodo de pandemia que nos ha obligado a un necesario   aislamiento  en estos últimos meses.
  Millones de personas padecen a diario los efectos negativos del estrés, y en España dedicamos incontables  recursos para tratar de paliar dicha situación.
 El estrés es la capacidad de adaptación del ser humano a su entorno, pero esta capacidad puede ser superada, generando un desequilibrio en nuestro sistema nervioso. Las  principales sustancias que generan el estrés son la  adrenalina , que coloca al cuerpo en alerta, y el cortisol que ayuda a producir  la energía necesaria para el estado de alerta, provocando un aumento de la tensión arterial,  alta frecuencia cardiaca, aceleración del  ritmo respiratorio, incremento de  la sudoración,   disminuyendo con ello la motilidad gástrica e intestinal.
 Siempre  recordamos  que en los años noventa en algunos entornos saludables  aconsejaban para superar el estrés  la ejecución periódica  de deportes extremos por tierra, mar y aire. Con esas recomendaciones la gente se lanzó  a buscar experiencias intensas  como saltar desde un  Puente con un  elástico cable,  lanzarse en paracaídas  desde  acantilados montañosos , luchar en aguas bravas sobre una diminuta balsa hinchable o bucear rodeado de  hambrientos tiburones blancos  y todo ello sin importar la edad, el cuerpo o el estado físico.
  Hoy en día afortunadamente  este discurso  ha  sido superado, siendo necesario acompañarlo con una disciplina,  un cuidado de nuestro estado físico o emocional, y  unas apropiadas   condiciones físicas , así  unas  necesarios conocimientos técnicos y que no todo el mundo puede y debe practicarlo, por lo que  debemos tomarlo con las precauciones necesarias.
 Nos preguntamos entonces, ¿cómo  puede también  reducirse el  estrés?
  • Los ejercicios respiratorios diafragmáticos nos ayudan, ya que el movimiento del diafragma activa el sistema nervioso parasimpático encargado de la respuesta de “relajación “del organismo. De este modo si practicamos diariamente o semanalmente ayudará a reducirlo.
  • Las técnicas de relajación y meditación sin duda resultan  unas  óptimas maneras de reducir el estrés  pues activaran también el sistema  nervioso parasimpático.
  • Y las Técnicas que equilibran el sistema nervioso como la Quiropráctica que actuando en las interferencias nerviosas a lo largo de la columna con los ajustes manuales,  restablecen el equilibrio del sistema nervioso,  y de los otros sistemas respiratorio, digestivo, reproductivo, hormonal, muscular y sistema esquelético, que dependen del sistema nervioso para funcionar correctamente.
En definitiva para reducir nuestro  estrés, no debemos olvidar que  los cambios deben empezar por la voluntad de cada persona, de una perseverancia para superar esas barreras que nos asaltan en ocasiones,    y con  una férrea  voluntad, esfuerzo capacidad,    podremos superarlos  además de  acompañarlo en la medida de los posible de todos estas  técnicas citadas que  podrán ayudarnos  a intentar superar esa situación.
 Por ello pide cita a en Nuestro centro QUIROBIOGIC y trataremos  AYUDAR y  disminuir esas cargas de estrés que nos acompañan en algunos momentos de nuestra ajetreada vida.